¡CUIDADO CON LA IDOLATRÍA POLÍTICA!

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Si el mayor problema del hombre y de esta sociedad fuese político, Dios habría enviado a un político. Pero puesto que el mayor problema del hombre es el pecado, Dios envío a un Salvador (Lc 1,69; 2,11; Jn 4,42). ¡Que no se nos olvide!

Por supuesto, el cristiano tiene responsabilidades sociopolíticas. Pero debemos evitar caer en el craso error de politizar nuestra vida, nuestras relaciones o, cómo no, ¡nuestro Facebook! Ya advirtió Cicerón –filósofo y político romano– (44 a. C.), en su tratado sobre la amistad (Laelius de amicitia), que la política es la causa principal de discordia entre amigos. Y sí, desgraciadamente, también entre hermanos en la fe.

Nuestro activismo político nunca debe estar por encima de nuestro activismo evangelístico y de nuestro amor fraternal. Porque no nos ha llamado Dios a hacer “campaña política” en favor de ningún partido político, sino a predicar las Buenas Noticias de Salvación en Jesucristo (Mt 28,19-20; Ro 10,15; 1 Co 1,17).

Me preocupan mucho aquellos cristianos que levantan la bandera de un determinado partido político. Pues la iglesia, y por extensión el cristiano particular, nunca debe identificarse plenamente con un partido o sistema político en concreto, ya que ninguno de ellos nos representa realmente. La corrupción está en todos los partidos políticos, pues los partidos políticos son creados por personas, y todas las personas sin excepción tienen una naturaleza corrompida por el pecado (Ro 3,23; 5,12). Que no, «no hay justo ni aún uno» (Ro 3,10). Todas las personas y, por ende, todos los partidos políticos, necesitan al Salvador: Jesucristo. Esta debe ser nuestra bandera. Esta debe ser la única y verdadera esperanza del cristiano, pues «nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo» (Fil 3,20).

¡Cuidado con la idolatría política! ¡Cuidado con identificar a Cristo y su mensaje con cualquier partido político corrupto! Incluso los mejores esfuerzos de cualquier partido político siguen infectados por el pecado, pues para aquellos que carecen de Cristo «todas sus justicias son como trapo de inmundicia» (Is 64,6). Sé libre para cooperar con cualquier causa justa particular, sea de la “izquierda” o de la “derecha”, pero también sé libre de toda alianza política, de modo que puedas criticar con libertad y sin temor alguno la injusticia, la inmoralidad o la maldad de cualquier partido político.

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Acerca de José Daniel Espinosa Contreras

José Daniel Espinosa Contreras (B.Th., M.Th.) nació en Jaén (provincia andaluza), en 1993. Se graduó en Teología por la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de España en La Carlota (Córdoba). Máster Universitario en Teología por la Universidad de Murcia. Masterando en Teología Dogmática por el Centro de Investigaciones Bíblicas (CEIBI). Fue formado por la Universidad de la Laguna (Tenerife) en un curso de «Religiones en España». Sirve a Dios en el ministerio pastoral desde el año 2018, en un pequeño pueblo del sur de España, Torredelcampo. Es profesor de Historia del Nuevo Testamento en la Facultad de Teología A. D. (Córdoba) y de la Epístola a los Hebreos en la Escuela Evangélica de Teología (EET), y colabora como docente de la asignatura de «Fenomenología e Historia de las Religiones» en el CEIBI (Centro de Investigaciones Bíblicas). Autor de «¿A quién adoran los cristianos? Historia y teología de la Trinidad en el culto cristiano» (2017) y «Evangelización en un mundo posmoderno» (2021). Escribe como articulista en Protestante Digital y en otros medios digitales. Está felizmente casado con Natalia y es padre de dos hijos.
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2 respuestas a ¡CUIDADO CON LA IDOLATRÍA POLÍTICA!

  1. Carlos Gómez dijo:

    Muchas gracias,

  2. Tony dijo:

    Estoy totalmente de acuerdo, el único sistema político con el que debemos identificarnos plenamente es con el que Jesús instaurará en su futuro reinado en la Tierra.
    Sin embargo, y ante nuestra responsabilidad social, debemos ser serios al analizar las propuestas y programas políticos que hay actualmente y elegir aquel que ofrezca una moral, una ética, unos valores más cercanos a los bíblicos.
    No quiero posicionarme aquí, pero seamos serios al evaluar qué corrientes políticas están atacando cada vez más a los cristianos y los valores bíblicos, y actuemos en consecuencia.
    Pero sobre todas las cosas, el momento de ser vehementes es a la hora de defender nuestra fe y a nuestro Dios, quien está por encima de reyes, gobernantes y naciones. El es soberano sobre todas las cosas. A Él sea la gloria.

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